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Es el lugar donde comienza está historia, la de un loco que decidió salir al mundo

Esté viaje comenzaría difícil de que no salga algo mal, pero fue así.

El paisaje que me regalaba la ruta hacía Posadas era tan bonito, mucho verde, animales y muchas zonas de agricultura, te das cuenta que estas lejos de Buenos Aires.

Casi llegando a la terminal pensé la posibilidad Marcelo no esté todavía ya que habíamos coordinado de encontrarnos en la terminal de Posadas, el problema era que él no tenía un celular y nunca marcamos una hora para encontrarnos.

Yo me imaginé que eso no saldría muy bien pero fue lo que habíamos planeado y al llegar fue como me lo imaginé, él no estaba jajaja, lo busqué pero nunca lo encontré. Después de media hora se conecta en Facebook y me dice que estaba a 280 kilómetros en un camping y que no sabía si llegaría ese día, que él estaba viajando dedo y ahí se desconecta.

Fui a un cyber-cafe que había en la terminal para ver si encontraba algún conocido o alguna persona que tenga algún amigo o algo que me pueda orientar que hacer, donde ir o lo que fuera, ya que el celular estaba con casi nada de batería y el cargador portátil también estaba muerto, ya que lo compré 2 horas antes de salir de viaje.

Ahí fue cuando hice contacto con una chica que conocí en un grupo de mochilero, ella me dice que tenía a Poly una amiga en Encarnación-Paraguay que podía ir a la casa de ella sin drama, me da el número de ella para poder arreglar todo. Al hablar con ella me dijo que no había ningún problema de que fuéramos para su casa, le dije que iría el otro día ya que estaba esperando a un amigo llegar y que ese día me quedaría en un hostel.

Recuerdo bien ese día hacía mucho calor, era una siesta muy caliente y más con el pavimento que quemaba, casi nadie había por la calle y esté loco con una mochila bastante grande en la espalda y otra pequeña pero con un buen peso en el pecho.

Estaba en una ciudad que no conocía a nadie y sin saber que hacer, lo primero que se me cruzó por la cabeza fue sentarme a hacer algo de música en la terminal para ver si recibía algún mensaje de Marcelo, pero nada.

Así que decidí que tenía que hacer algo ya que estaba en el primer destino de viaje y sin nada en la cabeza, por el momento estaba solo y sin saber qué hacer, así que se me ocurre ir a caminar, pasé por un carrito que vendía sándwiches de milanesa, le compré uno y le preguntó a la señora que me lo vendió ¿dónde quedaba el centro?  me indica el lugar pero nunca me dijo que era bastante lejos. Habré camino unas 5 o 6 calles, hasta que se me cruza por la cabeza que debe ser bastante lejos porque veo muchos colectivos. Así que pegó media vuelta y voy de vuelta en la terminal preguntó algún colectivo que vaya hacia la playa porque ahí cerca hice contactó con un hostel, también lo hice porque no sabía donde era el centro tampoco jajaja.

Recuerdo que al subir al colectivo quise pagar con la tarjeta Sube de Buenos Aires, pero no funcionaba era solo la de Misiones, así que por suerte pude pagar con dinero, que creo que fue un poco más caro. Le pregunté al chófer si me podía dejar lo más cerca de la playa que iba, me habrá dejado a unas 20 cuadras del hostel. Eran calles que bajaban y subían, ninguna en línea recta.

Ya bañado en mí propio sudor, se me ocurrió que ir por la playa sería más fresco, pero creo que me equivoqué ya que fue muy caliente, no había nada de sombra, no tenía una planta para poder para, pero eso no importaba, solo quería llegar y estaba en la dirección correcta. Ya casi estaba ahí, al ver el GPS estaba yendo bien, así que sigo por una calle que era en subida, era a la vuelta de esa esquina que se encontraba el hostel por suerte. Al llegar lo primero que hice fue tirar la mochila en el piso.

Estaba solo, sin conocer a nadie en un hostel para descubrir como sería esa gran aventura que había iniciado.

Al llegar las primeras personas que conocí fueron a German un colombiano y a Fito un rosarino.

Después al instalarme y hablar un poco con ellos, deje todas las cosas en la cama y me fui a caminar por la costanera, tenía una vista muy linda del Río Paraguay y de Encarnación. Solo los separaba el río y los unía un puente.

En la costanera hay un Monumento a Andrés Guazurari, el lugar es muy lindo.

La costanera es muy linda, por lo que camine esa tarde, había muchas familias, amigos, parejas disfrutando del lugar, transmitía mucha buena energía.

Al volver al hostel ya había llegado Marcelo, hacía un buen tiempo que no lo veía así que nos pusimos a hablar y tomar unos teres. Paso un buen rato y le digo para ir a dar una vueltas por Posadas, le mostré unos lugares por los que fui paseando.

La hora pasó bastante rápido así que decidimos volvernos para el hostel, como ya era tarde y estábamos un poco cansados.

Al otro día nos pusimos a pensar en que íbamos a hacer, era ir a Encarnación a la Casa de Poly como arreglé con ella o Puerto Iguazú a 306 km. la cosa es que decidimos irnos al segundo, no sé porque jajaja.

No había nada planeado así que nos fuimos para viajar a dedo, nunca había viajado de esa forma, así que tenía ganas de hacerlo.

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