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Viajando en busca de una nueva aventura

Con Hannah habíamos pensado en ir al Estado de Minas Gerais, busqué algún couchsurfing y encontré uno con Marcileia, ella tiene costumbre de dar hospedaje a distintas personas, ya que tiene tres chalets para alquilar en su Eco Vila y no siempre las tiene alquiladas, así que aprovecha para poder recibir huéspedes viajeros. Ella es de Casa Branca y queda dentro del Parque Estadual Serra do Rola Moça.
Para viajar hasta allá usamos la aplicación de BlablaCar, nunca lo había usado antes, es una aplicación similar a Uber nada más que ésta es para hacer viajes y el chófer publica los espacios que tiene y por que lugares va a ir.
Ya viajando para allá aún no sabíamos en qué lugar quedaba Casa branca, le escribí a Jorge (él era quien nos iba a recibir) preguntándole en qué lugar quedaba, pero no me daba buenas instrucciones o yo no las entendía bien, le pregunté al chófer y él tampoco sabía el lugar donde quedaba. Así que empecé a buscar en el mapa del celular hasta que al fin encontré Jardín Canadá era el lugar al que había que entrar para poder llegar a Casa Branca que quedaba dentro del Parque Estadual Serra do Rola Moça.
El chófer como que no quería entrar, pero lo termina haciendo nada más que me dejó en la entrada del parque y desde ahí eran más o menos unos 15 km., le preguntó a una persona que estaba en la entrada al parque en una garita y me habían dicho que pasaba un colectivo pero habría que esperar más o menos unas 3 horas si no me equivoco, así que decidimos ir caminando con las mochilas cargadas a no más poder, haciendo dedo a la gente que pasaba a ver si alguien nos quería llevar. Habrán pasado unos 10 minutos y un auto se detiene sin hacerle dedo, nos dice que para que sea más fácil era mejor que esperemos en la entrada del parque por que casi nadie quiere parar en el medio de la ruta, pero por suerte él paró le respondimos riendo, dijo que paró porque nos vio con las mochilas bien grandes y que no conseguiríamos poder pasar todo el camino a píe, nos llevo hasta la plaza de Casa Branca, desde ahí ya era solo esperar a que pasarán a buscarnos como habíamos coordinado.
Al llegar a la plaza Jorge me había enviado un mensaje diciendo que ya había salido para la plaza y que se quedaba sin Internet, para cuando me di cuenta de que había recibido un mensaje ya pasado un buen tiempo y al llegar no sabíamos si ya había llegado y se fue o todavía no llegó porque no lo conocíamos.
Hasta ese momento no sabía en que venía ni nada, veo pasar una combi y se me cruza por la cabeza que podría ser él y fue así, fue Jorge con sus tres perros Vento, Lua y Charlie Brown, dejamos las mochilas dentro de la combi y nos fuimos al mercado para comprar unas cosas para cocinar, ya que no iba a dar el tiempo para ir y volver por que cerraba a las 19:00, y como estaba ahí ya aprovechamos.
Él me contó que tenía una huerta y que no hacía falta comprar muchas verduras.
De ahí emprendimos camino a la Eco Vila donde nos quedaríamos en un principio 3 días qué terminaron siendo casi dos semanas si no me equivoco.
Desde la plaza hasta donde estaba la Eco Vila había más o menos 2 kilómetros, era un camino de tierra con muchos árboles grandes y tupidos, con algunos animales caminando por la calle.
Entre una buena conversación que íbamos teniendo, admirando el paisaje y jugando con los perros llegamos a la Eco Vila. Era bastante sencilla tenía un portón verde corredizo y 3 casas con techo de tejas, una huerta, una vista muy bonita al frente y por detrás. En la parte de atrás en distintos horarios solían venir vacas a las cuales les podías dar de comer eran muy mansas y se dejaban acariciar.
La primera noche cocinamos juntos mientras hablábamos, contando historias, anécdotas, lugares que queríamos conocer y lugares en los que estuvimos.
El lugar en el que dormiríamos fue una casa toda para nosotros, con un cuarto con una cama matrimonial, un baño, una cocina y una televisión, todo eso sin tener que pagar nada.
Al otro día lo ayudamos a Jorge a pintar una casa de la Eco Vila, fue fácil y rápido, ya que no era muy grande. Al acabar dice si queríamos ir a un río que había ahí cerca, como el día estuvo un poco caluroso y no conocíamos casi el lugar no íbamos a decir que no, así que nos fuimos en la combi de él junto con los perros, al llegar ahí era un río que cortaba la calle y los autos pasaban sobre el, en ocasiones algunos autos quedan trabados fue lo que dijo, podías entrar por la derecha del río y saldrías en un puente que da para ir a la plaza o llegar desde ahí hasta donde estábamos o la izquierda que saldrías en un lago en el que podes nadar y saltar desde un árbol, muy bueno era ese lugar.
El agua es transparente, Jorge tiraba unas piedras y los perros corriendo a buscarlas por el agua, Vento las agarraba debajo del agua.
Al otro día Jorge nos contó de la cascada da Jangada, era un poco cerca de su casa a una hora aproximadamente caminando y arreglamos para ir, en esa ocasión éramos 11 más 5 perros bien pocos.
En el camino hasta ahí vas pasando por un paisaje de árboles muy altos, con tierra colorada, rodeado solo de naturaleza y con animales en los terrenos de las personas que viven ahí.
Para poder llegar hasta ahí hay que entrar en un terreno privado qué tiene el portón cerrado, pero hay el tejido está roto con una placa de prohibido entrar, pero nadie lo hace caso ya que dentro pude ver personas en bicicleta, auto, motos y nosotros caminando ahí jajaja.
Es un camino casi todo el tiempo es bajada, desde la entrada deben ser unos 40 minutos caminando hasta la gran cachoeira.
Para llegar a ella es por un camino recto, doblando pero siguiendo por la misma calle ya que es la única, solo hay que doblar a la izquierda después de media hora más o menos, en un momento que hay una bajada bastante larga y se ve una pequeña entrada entre las plantas, con un poco de tierra. Una vez dentro ya podrás escuchar el sonido del agua caer, luego de unos 5 minutos creo.
A llegar había tres personas que fueron en moto.
Antes de ir a la cascada me habían contado que se podía saltar de más o menos de unos 8 u 8 metros y medios y había pensado que yo saltaría primero al llegar.

Una vez que llegamos quise ir a saltar, no vi a nadie hacerlo antes, solo lo quise hacer, no conocía la profundidad, si había alguna forma en especial para hacerlo o algo, yo solo iba a hacerlo.
Llegué hasta el lugar que era para saltar, era una cosa que nunca antes había hecho, el sonido del agua al caer  era bastante fuerte, dije estoy acá yo no vuelvo para atrás, le había pedido que me filmen cuando saltaba y ya era el tiempo dije a las 1, a las 2, a las 3 , a las 4 y salté al vacío sin saber que había abajo por que no se podía ver nada, en el momento que salte sentí como hormigas por las piernas fue adrenalina intensa, estando ya en el aire escuche a todos gritando hasta que ya estuve en lo profundo del agua. Fue algo muy rápido, como mucho 4 o 5 segundo.
La verdad me gustó mucho, lo habré hecho unas 5 veces en total.
Hannah me había contado de Inhotim y como quedaba cerca de donde estábamos decidimos ir con Chris, una chica que alquilo una de las 3 casas de la Eco Vila en la que estábamos quedándonos, fuimos bastante temprano ya que en ese lugar en el que estábamos había nada más tres colectivos los fines de semana y dos los días de semana y nosotros fuimos el miércoles por que la entrada es gratis.
Para ir hasta ahí salimos a esperar el colectivo a las 6:30 el colectivo habrá llegado 07:20 y en Inhotim estuvimos a las 8:30 si es que lo recuerdo bien, el parque abre a las 09:00, ya que la idea era llegar temprano porque nos dijeron que era bastante grande el lugar. Al llegar no había mucha gente tan temprano, fuimos por muchos lugares lindos tenía una buena decoración y mucha gente trabajando, un gran lago, muchas plantas a su alrededor, decoraciones de arte hechas de árboles, en el medio del parque hay una piscina en la que puedes entrar y claro entramos, hasta que nosotros no lo hicimos no sé si nadie lo sabía o fue la casualidad que entraron después de nosotros.
Tiene un mapa bastante complicado de entender, no explica muy bien de qué se trata y está todo mezclados a mí parecer.
Las cosas que más me gustaron del lugar fue el jardín desértico eran plantas que nunca antes las había visto y estaban todas juntas, también tenía un sector con hierbas para cocinar o preparar diferentes cosas de las cuales cortamos varias para condimentar lo que habíamos llevado para comer y para llevar un poco para que Jorge las ponga en la huerta jajajaja.
En el parque podes pagar creo que R$50, R$60 o R$70 no me acuerdo bien, para usar los carros que andan pasando por todo el parque para que te lleven a distintos puntos y hay otro de R$500 que todo el tiempo está con vos y te lleva a donde quieras y te queda esperando, cosa que el otro no lo hace.
www.inhotim.org.br ahí vas a encontrar información más certera.
Hay un árbol bastante grande que está desenterrado se puede ver las raíces bastante grande y secas, que está sobre unos palos que los sostienen, podes encontrar esparcidos por todo el parque sofás hechos de los troncos de los árboles con diseños muy originales.
No llegamos a recorrer todo el parque porque es bastante grande.
Al volver Marcileia nos había invitado a su casa para ir a cenar, así que aproveché y le pregunté si podía lavar un poco de ropas en su casa y como me dijo que sí, al ir para su casa las lleve.
Al estar ahí le dije que se relaje que yo cocinaría, habíamos llevado varias cosas para cocinar y manos a la obra, creo que había preparado una buena sopa, no me acuerdo muy bien, lo que si recuerdo es que a todos les gustó y me felicitaron jajaja.
En su casa tiene una taza en forma de un culo, en la cual todos los que la visiten tienen que tomar una dosis de cachaça mineira, el nombre de la tasa es la bundinha (culito).
La verdad ella es una persona encantadora, muy alegre y con mucha energía positiva.
(…) Un ligero resumen.
Fui para Belo Horizonte a conocer y de paso intentar vender algunas pulseras y hacer algo de música, la verdad no me fue muy bien, pero lo bueno fue que camine por lugares que nunca había estado, me perdí en varias ocasiones y me volví a encontrar a la vuelta de otra esquina.
Tiene una gran plaza en la que a sus lados tiene varios museos que puedes visitar, creo que todos eran gratis. Solo visite uno, fue de piedras minerales (no soy de ir a museos).
Las rutas se hacían oír en la cabeza, así que había que continuar con el viaje.
Le había avisado a Marcileia de que ya seguiríamos el viaje y como ella se estaba yendo para Belo Horizonte, nos llevó hasta el shopping y de ahí tomamos un colectivo hasta la terminal para ir a Ouro Preto MG.

Dando un paseo

Inhotim

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