
Bernardo de Irigoyen
Después de 1 año y 5 meses había vuelto a la Argentina.
El escuchar tu tonada y tu forma de hablar no tenía precio, empezar a escuchar todo nuevamente en tu idioma era algo muy satisfactorio, las músicas que estabas acostumbrado a que suenen, la verdad fue muy lindo el poder volver.
Como estaba acostumbrado a armar la carpa en las estaciones de servicio, pregunte en varias y me dijeron que no y lo mismo en una estación de policía, hasta como un tono de creído y pesado (en ese momento vi la diferencia con Brasil, en que allá la personas fueron bastante mucho mas amables y gentiles.
Como terminaba de llegar de Brasil tenia todo reales y al llegar para mi todo era caro jajaja no estaba acostumbrado a ese cambio de cifras de la que venía usado Real a Peso Argentino y nuevamente no iba a pagar un hotel por unas horas así que busqué algún lugar en donde tirar la carpa y lo encontré cerca de la frontera, parece que corría un río cerca porque el sonido era bastante fuerte.
Recuerdo que era una noche bastante fría, pero mi carpa y bolsa de dormir hicieron muy bien su trabajo y no se sentí nada.
Al despertarme al otro día el césped estaba cubierto de hielo, la noche había helado y mucho. Y esa mañana también el solo respirar ya te hacía tirar un humo blanco de la boca que parecía cigarrillo.
Por Internet había visto que tenían una casa de cambió a la que fui a buscar pero no existía mas, solo estaban los que se dedican a cambiar dinero en la calle, cambié todo lo que tenía y me fui a comprar un cafe caliente para activar esa mañana helada.
Espere más o menos 1 hora y había un colectivo que salía en dirección a Posadas y desde ahí me tome otro rumbo a Corrientes.

